A gusto de su madre, modelé un mini Rafa, y lo vestí acorde a "su estilo", pues aunque él no lo sepa ya es todo un pionero y marca tendencia allá donde va. Además, eclipsa al personal con su simpatía y enorme sonrisa.
Pantalón corto blanco, con playeras y polo a juego, y bien protegido del sol que hemos tenido este verano, con una bonita visera.
El conjunto lo cerramos con un tren, locomotora incluida, que tanto gusta a los más pequeños.
Otro dulce momento del verano, que también saco del baúl, son estos bocaditos de nata que hice para la comida familiar el día de la Virgen Grande (Patrona de Torrelavega). No me dio a tiempo a hacer una foto de la pirámide sobre la que los presenté... es un clásico de mi familia "lanzarse" a por el manjar, por si acaso....
Un beso enorme a Rafa, ¡¡y que cumplas muuuchos más!!!
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Sería injusto no hacer los honores a la llegada del otoño.
Es la estación por antonomasia, que nos abre las puertas para renovarmos y si podemos, incluso a reinventarnos.
Nunca fui yo de buenos propósitos en el cambio de año, si no más bien cuando llegaban los septiembres: inicios de cursos académicos para todos, es también la mejor época para la dorada y el pulpo; paradójicamente a la vez que se festeja la vendimia es tiempo de siembra de muchos cultivos.
Y para el que sólo ve el pesimismo del fin de las vacaciones, bien cierto es que la ciudad recupera su buen pulso y retoma actividades y ambientes abandonados en época estival.
Por tanto este pequeño homenaje al bucólico y nada sombrío otoño con estos dos cuadros.
El primero, que a todos nos resulta familiar es el "Otoño" de Arrimboldo. Pintor italiano muy conocido precisamente por representar las estaciones del año y elementos de la naturaleza mediante rostros humanos a partir de flores, frutas, plantas y objetos, a modo de bodegones-retratos.
Colocaba los elementos de tal manera que todo el conjunto tenía semejanza reconocible con el sujeto retratado.
Como última curiosidad al respecto, destacar que la "Primavera de Arrimboldo" se encuentra en Madrid. Es la joya de la corona de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Y muy cerquita está también el segundo cuadro; que cuelga de las paredes del Museo del Prado y que Goya tituló "La Vendimia" y "El Otoño", para dejarnos elegir, supongo.
El otoño es un andante, melancólico y gracioso que prepara admirablemente el solemne adagio del invierno (George Sand)
Por aquí seguiremos hasta el próximo día amigos.
L.P.S.
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