Para poneros un poco en antecedente y situarnos en la boda que hoy os traigo, hemos de dar un salto en el tiempo,,,,
Si me acompañáis, adelante pues.
Hoy hablamos de Belén y Fermín, que aunque son cántabros de nacimiento no es hasta su etapa laboral, cuando sus vidas convergen.
El tiempo se alía con ambos y de esa asociación hacen buen uso.
La mejor prueba de ello es Lucas, que llega -desde luego para quedarse-.
Hasta el presente es lo que os contamos.
De la (in)voluntaria decisión de casarse, de las ganas de los cercanos y de los mismos protagonistas, llegamos a este punto.
Y un mes para anunciar y decidir sobre lo que estáis viendo.
Tuvimos el gusto y el honor de que todo lo que degustaran ese día, saliera de L.P.S
Un buen montón de pinchos; el triunfador de la tarde fue el de pimiento confitado de Isla, con queso de cabra y frambuesa. No faltaron empanadas, ensaladillas con pan dulce, patés, salmón marinado con melón y wasabi y embutido a base de buen jamón y cecina con skordalia de nueces. Que no se nos olvide el queso y las "gildas" a nuestra manera.
Para el brindis y las copas, minicupcakes de sobao, nata y miel, de calabaza y queso y de chocolate con galletitas Príncipe.
Bombones, una gran galleta, bueno realmente eran dos, y como no sabemos si Belén lanzó su ramo -ni siquiera si lo llevaba-, la hicimos uno muy tentador.
Y el resto no es historia. Es real y auténtico.
Lo dicho, llegaron a este punto......y seguido
