Cuando la palabra boda encabeza una historia, apetece sobremanera adentrarse. Si encima sucede en un lugar único y realmente mágico, el asunto engancha.
Tokiko y Carlos se casaron el sábado arropados por el influjo del Capricho de Comillas, y un fantástico día de sol ( y lo segundo os aseguro que cotiza muy alto por estas latitudes).
Nos pidieron una mesa muy dulce, con aire retro y rústico. El resultado ya lo estáis viendo.
Galletas de chocolate; macarons de merengue, de chocolate blanco y negro; profiteroles de nata y vainilla; bombones de chocolate blanco y pistachos, de chocolate negro y naranja y de almendras y vainilla. Y cómo no caramelos y gominolas.
El alarde de olores no sólo provenía de lo que veis, ya que en la parte baja una caja contenía un misceláneo de plantas aromáticas como el romero, el incienso, el tomillo, la lavanda y el pino.
Olores, colores y por supuesto sabores, que con el champán final maridaron fenomenal.
Todo el montaje del evento junto con su entorno, crearon un ambiente muy coordinado. Aire romántico, colores ligeros y ornamentación alejada de la etiqueta ceremoniosa.
La ambientación floral corrió a cargo de Flores Balbi (Cabezón de la Sal).
Para los centros de mesa, tarros de cristal decorados con Washi tapes que contenían derroche de color. El jardin que en sí mismo ya aportaba todo el peso, quedó salpicado de pétalos, cintas y arbolitos de múltiples variedades. ( En lo que a flores se refiere mi cultura es muy básica, así que no procede hacer descripción de contenidos)
Impresionante el Capricho. Construido junto al Palacio del Marqués de Comillas. Una de las primeras obras de Gaudí, de gran influencia mudéjar, claramente reflejada en la Torre- minarete.
Revestido de ladrillo y cerámica, y del que nunca me quedó claro si se construyó como casa de invitados o como "Casita de muñecas" para el disfrute de las hijas de los marqueses.
En cualquier caso el nombre le hace justicia. Es un verdadero capricho para la vista, todo el conjunto.
El camino que recorrería la novia, listo.
Y la pequeña explanada donde tuvo lugar el enlace, del que fue testigo de excepción la Capilla-Panteón de Los Marqueses de Comillas. Este edificio también lleva la firma de Gaudí, en los bancos y los reclinatorios.
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Un verdadero placer haber formado parte de este día. A Carlos y Tokiko desearles de corazón muchos y buenos años juntos.
Hasta la próxima entrega. Besos a todos.
L.P.S.