Al buen tiempo buena cara, y mejores celebraciones.
Todos estrenamos algo estos días; nos subimos a los tacones, disfrutamos de las reuniones familiares e incluso a cuenta de algún "repatriado", ponemos rumbo a un destino jamás señalado como destino preferencial.
Pero nada se interpone, cuando una pareja "nos seduce" para pasar con ellos el día elegido; anunciar públicamente su promesa de amor eterno - y aquí dejo este asunto que me voy por derroteros-
La tarta, ya se sabe, va inherente a dicho momento.
Nadie escapa a ella, a pesar de sus muchos detractores.
Al final siempre se cuela.
Con ella llegan los espumosos y espirituosos de más alta graduación.
Con ella finaliza la antesala del "toooodo lo demás"
En menos de una hora ya estará fuera de la retina y de los paladares.
Y que no falten.
Acompañan los acordes de su entrada triunfal (que no nupcial).
Presiden sus fotos las estanterías de los recién estrenados nidos; junto a unos novios que la trinchan con alevosía y nada de cortesía, ayudados por un variopinto universo de instrumentos nunca diseñados para tal fin.
Por tanto, toca ir concluyendo, no sigamos machacando a esta ¿involuntaria protagonista?
Y que no nos falte. Porque si de algo puede `presumir y con la cabeza bien alta es de su integridad:
Bonita por fuera y buena por dentro
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L.P.S